martes, 5 de abril de 2011

Recordar… es volver a vivir.







Debe ser que ya soy mayor, pero últimamente en mi mente, no paran de agolparse recuerdos que como una especie de torrente, fluyen de mi mente, recordando escenas cotidianas que forman parte de mi pasado.

Ahora que mis nietos, están compitiendo. Clara en atletismo y Hadrián en fútbol, recuerdo como era yo en aquellos lejanos tiempos de los sesenta…

El atletismo, que hice de forma esporádica, surgió casi como una obligación en el Ural, ya que en los orígenes, este equipo dispuso también de equipo y cada cierto tiempo, íbamos a competir al Estadio de Riazor, según nos decía el presidente Augusto, era para tener acceso a subvenciones. En una ocasión, una mañana fría de invierno, nadie quería competir .Mi compañero de equipo, Muñoz que jugaba de extremo derecho y yo estimamos, que ya que estábamos allí, lo debíamos hacer y esta carrera, hizo que solos los dos compitiéramos en 200 m. lisos. El quedó de primero y yo de segundo, en una carrera que solo participamos los dos… La sorpresa vino en el Riazor, semanario deportivo, donde destacaron nuestra actuación. Salíamos en el periódico y fuimos durante esa semana, casi unos héroes.

La verdad, es que el atletismo no estaba hecho para mí eso que probé en salto de longitud altura, distancias cortas distancias largas, pero nada. Donde sí destaqué un poco fue en el fútbol, donde jugaba de lateral izquierdo, imitando a un jugador del Real Madrid, que se llamaba Sanchis, que jugaba con las medias bajadas y yo hacía lo mismo.

Aquel año, con el Ural quedamos campeones de Galicia y asistimos a los Campeonatos de España en Huelva, quedando en un honroso puesto de campeones de consolación, que es como decir, que de todos los equipos que perdieron el primer dia, fuimos los primeros. Nuestra llegada a Huelva, coincidió con la Copa de Europa que le ganó el Real Madrid al Partizán y como quiera que con nosotros jugaba Juan Carlos, el hermano de Amancio, el delegado, Moncho Romero, nos dio la opción de regresar vía Madrid y así conocer al ídolo del Real Madrid, Amancio Amaro Varela. Dormimos en el autobús en la Puerta de Toledo y por la mañana, nos despertaron para posar para una foto, que nos la iba a hacer el jugador madridista.

Esto también tuvo su repercusión en el Riazor, donde dedicaron a nuestra hazaña, casí una página…