martes, 25 de octubre de 2011

He leido este articulo en em Muy interesante y me parece que vale la pena leerlo.

¿Ateos o Anticlericales?


Lo inaceptable no son las manifestaciones religiosas, sino que por creer en dios o una deidad se obtengan del Estado beneficios exclusivos.

Empiezo estar cansado de los que organizan procesiones de Semana Santa alternativas y manifestaciones antipapa. Se auto titulan laicos y ateos, pero en realidad son anticlericales: la iglesia no les cae bien y tienen que decirlo a voz en grito. El problema es que por culpa de ellos se acaba por confundir anticlericalismo por ateísmo . Un ateo no tiene por que ser anticlerical, al igual que hay creyentes que sí lo son. Un ateo ve las profesiones como un ejemplo de folclore, como los rituales africanos o los de la neorreligión jedi. Es una mera cuestión de tiempo. Con el paso de los siglos, una secta puede convertirse en religión y volverse respetada en la sociedad de su época.

Una religión es una costumbre cultural adquirida socialmente, así que llevar hiyab es lo mismo que ir de gótica. SI una puede la otra también. Pero el problema no está ahí, sino en el valor gratuito que hemos dado a las creencias religiosas. Hemos permitido que nuestra sociedad apruebe un trato de favor a los movimientos religiosos frente a otros sociales y culturales. Así el cristiano, musulmán o el judío adquiere patente de corso para demandar unos privilegios injustificables.

La historia demuestra que las religiones son tolerantes cuando no pueden ser intolerantes. Por eso, en los estados aconfesionales, sus prácticas se sacan un as de la manga: exigen respeto máximo a sus creencias. Pero, en el fondo, pensar que Yahvé concibió a su hijo en una mortal tiene el mismo valor cultural que Zeus haciendo lo propio con Hércules o los extraterrestres inseminando a los humanos. Seguro que muchos se sentirían ofendidos por la comparación, pero es porque para ellos tal creencia es un hecho. Eso, sí, solo por eso no puede pedirme que lo trate como si realmente lo fuera. Para otros son tan importantes sus creencias nacionalistas o su devoción por el Barça. Celebrar en la Cibeles los triunfos del Madrid o que los jóvenes católicos alaben allí a su guía espiritual son expresiones de dos devociones que tienen valor solo para quien viven inmersos en ese fenómeno, no para el resto. Lo inaceptable es que por creer en dios se exijan prebendas que los demás no tienen.

(By Miguel Angel Sabadell…Publicado en Muy Interesante “Políticamente incorrecto”).