jueves, 15 de marzo de 2012

Al final, tengo problemas con los huevos.




Pues si, a mi edad llegar a tener este tipo de problemas, no es de recibo. Primero fue la escasez, para pasar posteriormente en el término de una semana, tener excedentes.

Y me explico, para que no hay lugar a malos entendidos. Cuando comencé a hacerme cargo de las gallinas, no me salían las cuentas. Era un mero problema matemático. Si tengo dieciocho gallinas, que sólo tenga tres huevos, pues como que no me salían las cuentas, pero pasar de escasez, que incluso, tuvimos que comprarlos fuera, para poder hacer unas tortillas, a lo que está sucediendo, es normal, según me dicen…

Me he visto obligado a hacer de detective. Si les he puesto un ponedero moderno, para que se sintieran cómodas, pero de la noche a la mañana, estos desaparecieron. Eso si, seguir, seguían comiendo como unas condenadas. Me dije, Nano aquí está sucediendo algo raro, incluso llegue a pensar que alguien me los estaba robando. Así que como buen detective, me pasé una mañana, controlándolas. Pero, nada, ellas a los suyo, les eché unas coles y venga a picotear de un lado para otro, hasta que cuando estaba a punto de desistir, observé como una de ellas se introducía bajo el toldo que tengo, para proteger las alpacas, que utilizo para proteger el suelo del gallinero…

Inmediatamente, sospeché. No estarán ahí los huevos desaparecidos y efectivamente allí estaban. Despreciando el cariño con el que les puse el ponedero moderno y ellas, se habían hecho uno a su antojo.

Si es que casi no podían ni sentarse de la cantidad de huevos que allí había. De esto hace más de una semana y desde entonces, es que no paran de poner y he pasado de la escasez a la abundancia en unos días. Y ahora, me surge la pregunta, ¿Qué hago con tantos huevos? Regalarlos, me contestarán, pero claro, es que me parece del genero tonto, alimentarlas y por lo tanto pagar el maíz.

Estoy buscando, quién me puede comprar la docena larga, que ponen diariamente y reservar dos docenas a la semana para el consumo familiar.

Son huevos de casa, criados con maíz, coles y se pasan el día en libertad.

Bueno, habrá que esperar a solucionarlo.