miércoles, 19 de octubre de 2011

Qué bonito es vivir en el futuro



Pues sí, creo que lo único bueno el ir haciéndote mayor, es que vives en el futuro…

Cuando ahora, algún@s de los que leéis este blog, estaréis pensando lo que será el día de mañana, yo ya lo he vivido…

Cuando era joven y vivíamos en plena dictadura, muchos nos preguntábamos, ¿Cómo será cuando muera Franco? Pues yo, ya lo sé…

Después vino la democracia y nos preguntábamos, cuando acabará la UCD y ganarán los socialistas. Pues muy fácil, cuando nos dejen los americanos, pero antes hay que dejar el marxismo y así fue…

Otro de los grandes problemas, de aquellos tiempos, era el comunismo y nadie pensaba que este podía desaparecer, pero desapareció y el Muro de Berlín con él…

Y ya no quiero hablar de la tecnología, porque sólo con decir, que en mi juventud, los trenes eran de vapor y funcionaban con carbón. Que los barcos, tenían fogoneros, que era un oficio muy común. Que los aviones funcionaban con hélices y empezaban los de reacción. Que no existían los teléfonos móviles, ni los ordenadores y que el primer ordenador que vi, se cargaba con una cinta perforada y funcionaba con relés. Y así un largo etcétera. Por cierto, cuando era pequeño, los transportes locales de mercancía, se hacían en carros de caballos y que a la entrada de A Coruña, había unos lugares que se llamaban Fielatos, donde inspectores de consumo, revisaban los alimentos que entraban. Que en cada Barrio, había como mínimo, una lechería, donde te vendían la leche por cuartillos, una carbonería y una tienda de comestibles.

Ya existían los globos terráqueos, en casi todas las escuelas, pero era casi una cuestión de fe, ya que no existía nada que lo demostrara, salvo las teorías científicas, pero vinieron los satélites espaciales y lo demostraron.

En fin, que poniéndome en situación, muchas veces cierro los ojos y me transporto al pasado y me hago muchas preguntas, a las que tengo respuestas con solo abrirlos, ya que estoy en el futuro…

En el vídeo, unas declaraciones de Isaac Asimov, allá por los ochenta.