lunes, 28 de noviembre de 2011

La vida, vista con optimismo.



Poco a poco, la familia va recuperando la normalidad, porque el mes de Noviembre, que termina, fue uno de los más difíciles que me ha tocado vivir.

Hace tres meses, tenía programada una intervención quirúrgica para recuperar mi movilidad, pero cuando las cosas se tuercen, pues sucede eso… que se tuercen. A quince días vista de la operación, mi suegro, tiene que ser ingresado en el CHUAC, donde se une a los problemas de salud que tenía otra más grave e imprevista.

Nos pasamos todo el mes en el CHUAC, acercándose cada vez más mi fecha. Pensábamos, como íbamos a poder acometer todo lo que se venía encima… Pero mi hijo y nuera, tomaron la decisión de venirse a vivir con nosotros, con lo que se amortiguo un poco el golpe. La verdad, es que somos una familia privilegiada, porque estamos viviendo como las familias de antes. Ya echaba de menos el comer todos juntos, desde el bisabuelo, hasta los bisnietos, todos juntos a la mesa, saltándonos y haciendo rutinarios los domingos y fiestas de guardar.

Mi estancia en el hospital, durante cuatro días, fue rutinaria, salpicada por esas visitas familiares, que tanto agradecen los pacientes. La vuelta a casa, es recordarla y humedecérseme los ojos, por cuanto, todos eran mimos…

Ahora ya en el periodo postoperatorio y pese a que poco puedo cumplir como abuelo, ya que echo de menos, llevar a mis nietos a sus actividades, todo se soluciona al mediodía y al anochecer, cuando todos juntos, nos ponemos a almorzar y cenar, haciendo un resumen de lo acontecido durante el día, que hay que ver cuántas cosas se hacen.

Ahora toca esperar y padecer el golpe, que ineludiblemente va a suceder, pero esos son cosas de la vida y hay que aceptarlas por muy duras que sean.

Ya queda menos para volver a sacar a antena, el programa Sintonía Deportiva, en Radio Oleiros, pero habrá que esperar un poco, ya que de momento, no estoy en condiciones de desplazarme, ni de pensar, porque la cabeza está para otras cosas.