lunes, 3 de enero de 2011

A vueltas con las prohibiciones






Bueno se acabó lo de fumar en un montón de sitios… Eso de momento, porque la siguiente va a ser que a los fumadores, igual que hacen con los controles de alcoholemia, nos paren antes de entrar en un edificio público y nos sometan a controles y si eres fumador… Acceso denegado.

Si lo tienen muy fácil, dejen de vender tabaco y asunto resuelto, o no… Para no tener que hacer controles de alcoholemia, en los restaurantes sólo se venderá alcohol a aquellos, que no poseen el carnet de conducir, porque con dos cañas ya das positivo.

Hace un par de meses, pasé un mal trago. Fui a cenar con mi hijo y nos bebimos dos vasos de vino, café y chupito de whisky. En principio, era una noche encantadora, estuvimos charlando, compartiendo unos momentos que hacía mucho tiempo no teníamos. Hablamos del futuro, del presente, etc. etc. Papá me dijo, lo tenemos que repetir de vez en cuando…

Alrededor de las doce de la noche lo dejé en su casa, que me coge de camino e iba camino de la mía, pensando en la conversación que habíamos mantenido, cuando de repente aparece ante mis narices un control de la Guardia Civil. En un momento se me desvanecieron todos los buenos presagios, pues era consciente que a pesar de que me sentía perfectamente, no iba a pasar el control de alcoholemia.

Ante la voz de alto del agente, aparqué a la derecha y me dispuse a ser atracado, perdón, quise decir multado ya que siempre escuché con dos cañas das positivo y reunía todas las condiciones para ello. En unos segundos, se me apareció el agente y tras el saludo de rigor y mirarme a la cara, me indicó que podía seguir…

Al arrancar el coche tuve ganas de llorar porque acababa de suceder un milagro y entonces recapacité y entendí que el agente, al verme la cara, se asustó y pensó que si me hace soplar, quizás fuese yo lo último que hiciese en esta vida. Y la verdad es que sí, estaba “acojonado”, aunque eso sí, plenamente consciente de mis actos.

Y esto viene a cuento, con la prohibición de fumar en espacios públicos cerrados y sobre todo fuera de los hospitales, porque lo demás, hasta lo puedo entender. ¿Si llevas a un familiar a la residencia, donde puedes fumar?. ¿Tendrás que ir a Los Castros o a Eiris?.¿ Donde es el límite?. O dejaras aviso en Urgencias, “Si llaman a los familiares de Fulano de Tal por favor, pónganme un SMS, que me voy a echar un cigarrito”. Con lo cual, ya quedarás marcado como un maldito fumador. ¿Por qué a quién molestas fuera del edificio?...Incluso, fumando el cigarro en la entrada, mantenías una conversación, cosa que normalmente no haces en la Sala de Espera.

Hasta ahora, existían locales para los fumadores y no fumadores. Pero no, ahora nos echan a la calle. Dicen que por un aire limpio, pues que prohíban circula a los coches, ya puestos a ello.

Y lo peor de todo, es que si prohíben el tabaco, el estado pierde unos ingresos importantes y por eso no lo hacen.