jueves, 16 de junio de 2011

De dónde venimos…




Pertenezco a una generación, que tenía un objetivo principal, marcado por nuestros mayores y este no era otro que conseguir el Certificado de Estudios Primarios, ya que te habría muchas puertas de cara al futuro. La generación anterior, marcada por la guerra civil y la posterior, postguerra, salían adelante con lo básico es decir, leer escribir y las cuatro reglas: Sumar, restar, multiplicar y dividir.

La enseñanza, también dividía al país en dos. Por una parte, estaban las personas que trabajaban en oficinas o eran empresarios, cuyos hijos derivaban hacía el Bachillerato y las clases trabajadoras, que normalmente comenzaban muy pronto en su misión de aprender un oficio.

Resulta curioso, que para acceder al Bachillerato, se hacía directamente tras la consecución del Certificado de Estudios Primarios y para entrar en la Escuela de Maestría Industrial, más conocida como la Escuela del Trabajo, tenías que superar un examen que además era bastante exigente. Muchos optaban por empezar en el Instituto y posteriormente, acceder y convalidar algunas asignaturas.

Pero vamos a hablar de la generación anterior…

El mundo les cogió con el pie cambiado. Algunos comenzaron a estudiar con la República pero tuvieron que dejar de hacerlo a causa de la guerra y luego para poder ayudar en casa. Fueron una generación que se encontró, primero con la falta de trabajo, por lo que muchos tuvieron que dejar a su familia y emigrar hacia Sudamérica y posteriormente a Alemania, Francia, Suiza o Inglaterra.

Prácticamente, todas las familias gallegas, contaban con alguno de sus miembros en la emigración. Sus padres quedaban aquí y la forma de comunicarse, era mediante cartas. Y ahí entramos nuestra generación ya que en cuanto sabíamos leer y escribir los vecinos reclamaban nuestros servicios para ponerles al corriente de lo que les escribían sus familiares.

Aquí en Coruña, sobre tres industrias reacia el mayor peso de los trabajadores, el Muelle, la Fábrica de Tabacos y la Fábrica de Armas.

En la última, incluso tenían una Escuela que iba formando a sus futuros trabajadores, que una vez finalizaban sus estudios, pasaban a formar parte de su plantilla y era un motivo de alegría en las familias.

Una de las cosas que me llamaba la atención de aquellas épocas era que cuando llegaba el verano, todos se iban a la aldea y yo que no la tenía, me sentía muy desafortunado.

Todos los barrios, tenían una carbonería, una lechería, tienda de comestibles, cine y por supuesto su taberna, donde se reunían por las tardes al regresar del trabajo.

Lo de los cines, estaban estratégicamente distribuidos y las funciones finalizaban en la sesión de las once de la noche. ¿Se imaginan ahora ir al cine a esas horas, teniendo que madrugar al día siguiente?

La distribución de cines, era muy curiosa, pues existían los de Coruña, propiamente dicha. Teatro Colón, Teatro Rosalía, Cine Avenida, Cine Savoy, Cine Paris, Cine Coruña y Kiosco Alfonso, donde se estrenaban las películas. Bueno, menos el Savoy, que estaba en la entrada de la Calle Real y era el de reestreno del Teatro Colón.

Luego estaban los de los barrios, todos ellos con grandes entradas los fines de semana y en especial la sesión de las cuatro de los domingos. Cada uno atendía una zona, que parecía delimitada como las farmacias. La zona de Monelos, el Cine que llevaba su nombre. La Gaiteira y Los Castros con el Ideal Cinema o mas conocida como el Cine de la Gaiteira. La zona del Gurugu, el cine España. La zona de la cuesta de la Unión, el Cine Doré. La zona de Monte Alto el cine Hércules. La zona de Santa Margarita, el cine Rex, que con la transición pasó a ser cine X. La zona de Juan Canalejo, pese a su proximidad al centro el Cine Goya, que pasó a ser de arte y ensayo. Posteriormente en los sesenta, abriría sus puertas el Alfonso Molina que venía a cubrir el hueco de la zona de Vioño y que fue muy popular, ya que no exigían el carnet de identidad, para ver las películas de mayores de dieciocho años.

En los cincuenta, la mayoría de las películas de los barrios, eran en blanco y negro.

En otra entrada, hablaré de donde bailábamos en aquellos tiempos la juventud.

El vídeo de hoy es un homenaje de lo que teníamos que tragar los españoles antes de ver la película.
P.D. Se me olvidaba mencionar el Cine Equitativa, situado en la Plaza de Vigo y sus sesiones continuas. Pero este cine, era algo especial, ya que no era de los del centro, ni de los barrios propiamente dicho